Sumario: | El trabajo infantil es, sin duda alguna, una forma más de violación de los derechos fundamentales de los niños y niñas del mundo. Para entenderlo como un flagelo que algunos sectores sociales, económicos y políticos no han querido aceptar bastaría con mirarlo desde la perspectiva de entender a la infancia como sujeto pleno de derechos - donde el derecho a ser niño traduce el interés superior del niño consagrado por la Convención. “Por ello las investigaciones que parten de la necesidad de realizar una profunda tarea de desmitificación en este campo, permiten arribar a conclusiones que si no fueran obvias serían asombrosas. Para dar sólo un ejemplo, la falta de educación básica impide acceder, incluso a los sectores más bajos del mercado formal de trabajo, contribuyendo decisivamente no sólo a la consolidación y reproducción del ciclo de la pobreza sino también del ciclo de la marginalidad” (Iee/PUC/SP, 1994)
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