Sumario: | El mundo vive desde la década de los noventa procesos de transformación global que han generado el movimiento de flujos de capital a través de las fronteras. Esto ubica a las empresas desde una perspectiva internacional. En Colombia ello viene ocurriendo mediante el ingreso de inversión extranjera y a través de la salida al exterior de sus empresas en búsqueda de nuevos mercados. Colombia quiere estar en los escenarios mundiales.
Independientemente de las bondades o perturbaciones que todo esto ocasiona y desde la perspectiva contable, hay un hecho cierto: los administradores, inversionistas, empleados, clientes, proveedores, banca, el Estado y, en general, la sociedad, no pueden tomar decisiones adecuadas si no cuentan con información que sea transparente, creíble, oportuna y completa. Esa información debe ser proporcionada por los contadores.
Cuando los flujos de capital traspasan las fronteras, la información empieza a generar problemas para su entendimiento si no cumple ciertas características. Se vuelve una torre de babel. La diversidad de normas contables en los países genera verdaderos problemas para que los usuarios la entiendan. No puede ser comprensible que un mismo hecho económico se presente de formas diferentes aún en el evento en que haya sido realizado en diferentes países. Cuando se quiere reflejar esas realidades de manera homogénea para lograr un lenguaje común, mejorando la capacidad en la toma de decisiones apropiadas y correctas, se deben llevar a cabo procesos costosos de conversión de información. En Colombia, la divulgación de resultados empresariales ha sido un camino difícil pues nuestras costumbres limitan la entrega de información clara y completa mientras que la influencia gubernamental ha generado una cultura del reconocimiento de hechos económicos basada en el pago de los impuestos. Hay una mezcla de realidades económicas con irrealidades tributarias. Estas
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situaciones han incidido negativamente en la presentación de la imagen fiel de las empresas.
Para lograr que en el Mundo la información tenga un solo lenguaje y sea comprensible para los diferentes tipos de usuarios, existe desde los años setenta una Junta de estándares internacionales de contabilidad denominada hoy en día IASB. Su sede es Londres. Desde su constitución viene trabajando en la emisión de un paquete de estándares internacionales de reportes financieros que sean homogéneos y puedan ser aplicados por todos los países de tal forma que faciliten los flujos de capital y los negocios internacionales. Actualmente casi cien países han aceptado como propios estos estándares internacionales siendo la Unión Europea el caso más reciente y quién en el año 2005 inicia con dicha adopción.
Para el caso colombiano, el gobierno, la academia, los empresarios y la profesión contable han abierto la discusión acerca de la conveniencia de la adopción de estos estándares internacionales y el alcance que ellos tendrían en las empresas. De hecho ya existe un proyecto de ley que establece como fecha inicial para la adopción el año 2012. Sin embargo, cualquiera que sea la decisión que se tome, es importante que, en un mundo globalizado, todos aquellos involucrados directa o indirectamente con la contabilidad los conozcan.
Su comprensión y entendimiento permitirán a quienes así lo decidan, participar activamente de los desarrollos futuros de la profesión, lo cual conllevará un mejor asesoramiento a las empresas, la preparación oportuna de los sistemas de información y de las estructuras requeridas para ello, la determinación de la manera como los resultados y los negocios de las empresas cambiarán, los efectos que generará y sobre esa base la creación de estrategias que minimicen su impacto. Será un elemento de competitividad para los profesionales colombianos1.
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