Sumario: | La educación artística ha venido atravesando una serie de cambios, el Ministerio de
Educación Nacional se ha cuestionado respecto a la importancia de fomentar, difundir y
potenciar la dimensión cultural, artística y social de los niños, niñas y jóvenes del país,
mediante lineamientos y acuerdos distritales enfocados en este tipo de educación.
Sin embargo, el diario vivir de las instituciones evidenciado a partir de la práctica
pedagógica, refleja que el trabajo aún es muy impreciso. La falta de articulación de este
tipo de educación con horizontes institucionales, la poca interdisciplinariedad y la
adecuación de recursos y espacios, hacen que esos propósitos se desdibujen y el trabajo
pedagógico se establezca de manera aislada, restando importancia e impacto institucional.
La educación musical (educación en la que hace énfasis esta investigación) no es
ajena a este contexto, pues en muchas ocasiones es concebida como una asignatura aislada,
que no hace parte de las áreas fundamentales y por tanto no potencia en los estudiantes
competencias esenciales que les permita desenvolverse en el campo personal, social y
laboral.
Este tipo de formación musical posibilita la expresión de sensibilidades,
sentimientos y pensamientos en los estudiantes, exteriorizando su subjetividad. De igual
manera al estar la música presente en muchas de las actividades del ser humano, facilita
procesos pedagógicos que redundan en la formación de seres integrales con proyección
hacia el futuro.
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