| Sumario: | Aprovechamos el brote de Zika en Colombia en 2015 para explorar cómo un choque negativo -que pone en alto riesgo la salud del recién nacido- afecta los comportamientos femeninos asociados a la fertilidad, según su estado civil. La posible endogeneidad de los comportamientos y el inicio del brote se evita mediante el uso de la estrategia de variables instrumentales en el contexto de una diferencia en diferencias con intensidad de tratamiento a nivel de municipio. Mientras que las mujeres solteras reducen la actividad sexual (el margen extensivo), las casadas no lo hacen; en cambio, las casadas aumentan la anticoncepción tanto en el margen extensivo como en el intensivo (sustituyen los métodos menos eficaces por otros más eficaces). Este resultado está en consonancia con un modelo de riesgo moral de las decisiones sobre la fecundidad en la pareja. Según el modelo, el hecho de no tener un hijo puede agredir al marido y éste puede, a su vez, convertirse en un marido "difícil". En ese modelo, la epidemia de ZIKV aumenta el uso de la anticoncepción de la mujer y reduce la probabilidad de que el hombre tome represalias. No se observan efectos significativos en la violencia intrafamiliar ejercida por los hombres (es decir, violencia física y psicológica o relaciones sexuales forzadas) ni reducciones en la proporción de los gastos realizados por las mujeres. Encontramos que los maridos de las mujeres mayores tienen menos probabilidades de tener otras parejas sexuales. Los efectos son heterogéneos en función de los grupos de edad y el nivel de educación.
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