Science diplomacy: New day or false dawn

Nueva Zelanda, lugar de edición de esta obra, es un país relevante en espacios multilaterales que se ocupan de deporte, género, cultura indígena y fuentes de energía renovable. También es un país destacado en una nueva área de la política internacional poco estudiada en América Latina y el Caribe: l...

Descripción completa

Detalles Bibliográficos
Autor Principal: Aranzales J.K.B.
Formato: Artículo (Article)
Lenguaje:Español (Spanish)
Publicado: Universidad Nacional de Colombia 2018
Materias:
Acceso en línea:https://repository.urosario.edu.co/handle/10336/26122
https://doi.org/10.15446/anpol.v31n94.78311
Descripción
Sumario:Nueva Zelanda, lugar de edición de esta obra, es un país relevante en espacios multilaterales que se ocupan de deporte, género, cultura indígena y fuentes de energía renovable. También es un país destacado en una nueva área de la política internacional poco estudiada en América Latina y el Caribe: la diplomacia científica, actividad que reune dos términos aparentemente incompatibles. Por una parte, la ciencia cuyos actores motivados por su curiosidad y la opción racional de aceptar cambios, principalmente a través de la implementación de métodos de investigación científica. Por otra parte, la diplomacia movilizada por actores que expresan los intereses nacionales y objetivos de la política exterior de los estados (A. Cooper, Heine, & Thakur, 2013; Jacobs & Page, 2005). La diplomacia científica es un mecanismo de diálogo entre científicos y políticos destinado a promover intereses nacionales en áreas del conocimiento, significado éste que es asumido por los compiladores Davis y Patman. Ellos, en efecto, reconocen las contribuciones de la evidencia científica en la formulación de política exterior para brindar respuestas a problemas complejos de la agenda mundial como, por ejemplo, enfermedades infecciosas, escasez de alimentos y cambio climático. Así, siendo el objetivo demostrar la relevancia de la diplomacia científica en este mundo interconectado, el libro plantea la incorporación al análisis de las actividades científicas en la política exterior en tres dimensiones: diplomacia para la ciencia, ciencia y diplomacia, y ciencia para la diplomacia. Sus compiladores resaltan además el desarrollo de iniciativas conjuntas de investigación, independientemente de las áreas geográficas o temas de conocimiento