Impacto del programa nuclear de Corea del Norte en la seguridad regional el caso de Japón

A lo largo de su historia, la región del noreste de Asia ha representado una importante zona de influencia donde han convergido los intereses de diversos países. La coyuntura actual muestra un panorama regional caracterizado por una fuerte tensión en las relaciones de algunos países tales como Japón...

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Detalles Bibliográficos
Autor Principal: Brochero Barragan, Andrés
Otros Autores: Ruiz Tinoco, Dario
Formato: Trabajo de grado (Bachelor Thesis)
Lenguaje:Español (Spanish)
Publicado: Relaciones Internacionales 2006
Materias:
Acceso en línea:https://repository.urosario.edu.co/handle/10336/21292
Descripción
Sumario:A lo largo de su historia, la región del noreste de Asia ha representado una importante zona de influencia donde han convergido los intereses de diversos países. La coyuntura actual muestra un panorama regional caracterizado por una fuerte tensión en las relaciones de algunos países tales como Japón y Corea del Norte, además de una inestabilidad en materia militar. Dentro de este contexto, el programa nuclear de Corea del Norte representa no sólo un desafío para la seguridad en la región, sino además un reto para la diplomacia internacional en la búsqueda de un mundo libre de armas de destrucción masiva. Desde la Guerra Fría el mundo no presenciaba una carrera armamentista como la que hoy en día vive el noreste de Asia. Casos como la política armamentista en la que se encuentra inmersa China, la inestabilidad de la península coreana, con el factor nuclear presente, y la fuerte presencia militar estadounidense en la zona, demuestran que los esquemas de seguridad cada vez toman mayor importancia en la región. En el caso de Japón, el país ha sustentado su defensa tanto en las Fuerzas de Autodefensa como en el Acuerdo de seguridad firmado con los Estados Unidos en el año de 1957. Sin embargo, y desde hace una década, el Gobierno de Tokio ha venido adelantando una política armamentista que rompe con el marco tradicional de estado pacifista, situación que presenta desde la Segunda Guerra Mundial. Frente a la realidad que presenta la región en materia de seguridad, con el factor de las armas de destrucción masiva (ADM) presente, los cambios radicales en la política de Japón en los últimos años no se han hecho de esperar. En el Programa Nacional de Defensa de Japón del 2005, Tokio señala cuales son las amenazas directas a su seguridad y la forma en que el país debe afrontarlas. A diferencia del Programa Nacional de Defensa de 1995, el gobierno nipón menciona a países en concreto, considerados como factores inestables para la región: China y Corea del Norte. Corea del Norte, país que por su importancia geoestratégica ha tenido que padecer el rigor de la lucha de algunos países por el control de una importante zona de influencia, ha utilizado su programa nuclear no sólo como un elemento de disuasión frente a otros países, sino también como un elemento trascendente en materia de negociación, especialmente en la relacionada con la construcción de dos reactores ligeros de agua a través de la Organización para el Desarrollo Energético de la Península de Corea (KEDO por sus siglas en inglés), compromiso que ha sido incumplido por las partes. Por su parte, a través de historia, las relaciones entre Japón y Corea del Norte se han desarrollado en un ambiente tenso, no sólo por problemas que datan de la ocupación nipona a la península entre 1910 y 1945, sino también por algunas acciones que han puesto en peligro la seguridad de Japón, como es el caso de un misil “Taepdong 1” norcoreano que sobrevoló espacio aéreo japonés en agosto de 1998. El esquema de seguridad de Japón ha variado en los últimos años, y sin desconocer el acuerdo de seguridad con los Estados Unidos y el respaldo que significa para la protección del archipiélago nipón, el gobierno de Tokio ha tomado una serie de decisiones que buscan fortalecer las fuerzas de autodefensa del país. Ante la vulnerabilidad de un ataque con mísiles balísticos, Japón, en conjunto con los Estados Unidos, ha sumado esfuerzos para la construcción de un Teatro de Defensa de Mísiles (TDM). En marzo del 2004 el parlamento japonés aprobó un gasto de mil doscientos millones de dólares para financiar este proyecto. Para el Gobierno de Japón, poseer una fuerza independiente capaz de defender el país por si mismo, es una necesidad frente a la coyuntura que vive no sólo la región, sino además el mundo en general. Para Satoshi, “Japón no puede garantizar su seguridad al margen de la alianza con Estados Unidos de América y sin el refuerzo de su capacidad disuasoria en colaboración con su socio” 1. La crisis entre Corea del Norte y Japón sigue sin resolverse; este conflicto está vinculado a los intereses de otros países, lo cual impide su pronta resolución. Luego de que Estados Unidos y Corea del Norte firmaran un Acuerdo Marco (Agreed Framework) en el año de 1998, pactando el congelamiento de un reactor de 8 Mw. en la central de Yongbyon, a cambio de petróleo y la construcción de dos reactores de agua ligera en la región de Kumho, la situación empeoró en el 2001 por el incumplimiento de los compromisos por parte de los Estados Unidos. Ante esta situación, Pyongyang reactivó su programa nuclear y tomó una serie de decisiones que generaron protestas por parte de algunos países: el retiro del Tratado de No Proliferación en el 2001 y la aceptación pública de poseer la bomba atómica. En este contexto, el Gobierno de Pyongyang ha manejado en la última década una diplomacia a través de su programa nuclear. A través de los diálogos a seis bandas (six-way talks), los países interesados en intervenir en la crisis nuclear con Corea del Norte, han mantenido una serie de encuentros con el fin de solucionar la difícil coyuntura por la que atraviesa el país, no sólo con los Estados Unidos, sino también con Japón. Para los países involucrados en los diálogos a seis bandas (China, Rusia, Japón, Estados Unidos y las dos Coreas), la vía diplomática y el diálogo son los mejores canales de acciòn para encontrar una solución a la crisis nuclear norcoreana. En este sentido, es claro que las partes apuestan a la desnuclearización de la península coreana y a la formulación de un acuerdo que le permita a Corea del Norte suplir sus principales necesidades, en este caso, la producción energética y la ayuda alimentaria. El programa nuclear de Corea del Norte ha sido visto desde diferentes perspectivas. Por un lado, como una estrategia para proteger al país de una agresión externa; por otro lado, como un medio para conseguir algunos beneficios de otros gobiernos. Sin embargo, algunos autores advierten que este programa puede ser utilizado como excusa para implementar nuevos sistemas de defensa por parte de algunos países como Japón. En otra medida, Tokio podría estar utilizando el nuevo programa de seguridad como medio para impulsar su economía a través de la industria doméstica de la defensa, en relación a la construcción de un sistema de teatro de defensa de misiles.