Sumario: | Immanuel Kant quería que la paz dejara de ser un privilegio de los muertos
para convertirse en un logro social de los vivos. Tal vez por esa razón, y con
algo de ironía, tomó la frase que suele encontrarse escrita en la entrada de los
cementerios alemanes, esto es, “La paz perpetua”, para dar un título al libro
en el que trata de manera crítica, propositiva y sistemática el problema esencial
de la sociedad moderna, esto es, la guerra y la paz.
Este libro del filósofo de Königsberg, publicado en 1795, solo nueve años
antes de su muerte, bajo el título Zum ewigen Frieden. Ein philosophischer Entwurf
–que traducido al castellano ha quedado como Lo bello y lo sublime. La
paz perpetua– es, sin duda, un trabajo político y jurídico maduro y decantado,
y suscita una cuestión fundamental de la especie humana: ¿cómo puede la
humanidad alcanzar la paz si el orden político moderno, fundado en la razón
de Estado, amenaza con extinguir nuestra especie del Planeta?
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