Sumario: | Las campañas políticas están inmersas en determinados marcos estratégicos que mancomunados procuran
lograr sus objetivos electorales. La línea comunicacional es vital en este ejercicio y debe ser planteada desde el
principio como parte del plan de trabajo.
Es común encontrar interacciones con los receptores que, a diferencia de la década pasada son activos, con
capacidad de transformar los mensajes. Esta misma situación se presenta entre las campañas, comunicándose
entre sí para mostrar sus movimientos electorales, por lo que la estrategia digital como componente del plan de
comunicaciones debe tener un horizonte claro pero no rigido.
Tanto las acciones positivas entre campañas, como las negativas entre los contendores deben tener un
tratamiento comunicacional específico, sin minimizar o maximizar la importancia de la crisis que se presente, sino
de valorar la situación y adoptar medidas comunicacionales correspondientes. Cada crisis tendrá un tratamiento
particular, no debe existir un proceder único como se ha estipulado en manuales de crisis que no responden a
hechos puntuales en campañas políticas.
Las campañas políticas no pueden perder la línea estratégica de comunicación que manejan, considerando que
las crisis como consecuencia de los ataques vienen en las rectas finales de las disputas electorales, sin que sea
una regla.
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