Ecuador

"En 1987 la economía ecuatoriana debió encaminarse a una modesta recuperación de su crecimiento, una vez superado el colapso de los precios del petróleo de 1986. Las perspectivas de un buen desempeño en el nuevo año se sustentaban precisamente en la estabilización del mercado petrolero, en la e...

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Detalles Bibliográficos
Autores Principales: Corporación de Estudios para el Desarrollo - Cordes. Quito, Mancero, Alfredo, Avila, José, Fierro, Patricia
Publicado: 2015
Materias:
Acceso en línea:http://hdl.handle.net/11445/2430
Descripción
Sumario:"En 1987 la economía ecuatoriana debió encaminarse a una modesta recuperación de su crecimiento, una vez superado el colapso de los precios del petróleo de 1986. Las perspectivas de un buen desempeño en el nuevo año se sustentaban precisamente en la estabilización del mercado petrolero, en la expansión del sector agropecuario orientado a la exportación y en la supuesta eficacia de las reformas cambiaría y financiera de agosto de 1986. Desafortunadamente, diversos y lamentables acontecimientos tanto en lo político como en lo económico, modificaron radicalmente las expectativas e introdujeron elementos de incertidumbre. Luego del secuestro del Presidente de la República en el mes de enero, que convulsionó a la institucionalidad democrática y revivió los sucesos políticos del año anterior, el terremoto del 5 de marzo localizado en la región petrolera del nororiente amazónico provocó la paralización durante más de dos meses de la extracción de crudo, la suspensión por igual período de su transporte debido a la destrucción de un tramo del oleoducto transecuatoriano y la consiguiente interrupción de las exportaciones de hidrocarburos. Ante la imposibilidad de conseguir suficientes recursos externos e internos para enfrentar necesidades de tal magnitud, el gobierno nacional anunció el diferimiento del servicio de la deuda externa con los bancos privados y, de otra parte, procedió a revisar los precios internos de los combustibles, elevándolos en un 70% en promedio. Las exportaciones no petroleras ya mostraban síntomas de deterioro aun antes de la catástrofe, los precios internacionales habían descendido sobre todo en café y cacao, y a ello debían añadirse la depreciación del dólar, la elevación de las tasas de interés y la intensificación de la inflación en EE.UU."